📉La de Puebla, es una economía fragmentada y precaria: 97.2 % de los negocios son microempresas, mientras el crecimiento digital y la inclusión permanecen rezagados. 🛑💻
Mexconomy - Los resultados de los Censos Económicos 2024 revelan una radiografía preocupante de la economía en Puebla. Aunque el estado cuenta con 469,865 establecimientos y 1.6 millones de personas ocupadas, la dependencia de micronegocios, la desigualdad en ingresos y el lento avance tecnológico exponen problemas estructurales que lastran su desarrollo económico.
Fragmentación económica y micronegocios
El 97.2 % de los establecimientos en Puebla son micronegocios que emplean a menos de 10 personas. Aunque concentran el 58 % del personal ocupado, su aportación económica es desproporcionadamente baja: generan solo el 21.3 % de los ingresos estatales. En contraste, las grandes empresas, que representan apenas el 0.1 % de las unidades económicas, concentran el 45.1 % de los ingresos.
Esta asimetría subraya la fragilidad económica de Puebla, donde una gran mayoría depende de actividades de subsistencia, mientras el dinamismo económico se concentra en unas pocas grandes empresas. Esta situación perpetúa estructuralmente la desigualdad y limita las oportunidades de desarrollo.
Rezago digital
Entre 2018 y 2023, los establecimientos que realizan ventas por internet pasaron del 1.7 % al 3.6 %. Aunque este crecimiento parece significativo, en realidad sigue siendo insuficiente en una era donde el comercio digital es esencial para competir. Además, solo el 20.8 % de las unidades económicas utiliza internet en sus operaciones, y su uso se limita mayoritariamente a buscadores (86.1 %) y repositorios (58.7 %), en lugar de herramientas avanzadas como plataformas de ventas o análisis de datos.
Más allá de los discursos y promesas gubernamentales, el rezago tecnológico de Puebla es más notorio que el Popocatépetl, y no solo limita la competitividad, sino que también dificulta la diversificación económica y la integración de Puebla en cadenas de valor más amplias.
Desigualdad
Si bien la participación económica de las mujeres alcanzó un máximo histórico del 46.7 %, persisten brechas significativas. Los CE dejan de lado el trabajo infantil, pero en el comercio, las mujeres representan la mayoría (53.4 %). Desafortunadamente esta tendencia no se replica en otros sectores más dinámicos o mejor remunerados.
Además, aunque los CE identificaron 6,305 unidades económicas que emplean a personas con discapacidad, esta cifra es marginal en relación con el total de establecimientos. La inclusión sigue siendo un desafío pendiente, especialmente en sectores donde la precariedad laboral es la norma.
Problemáticas estructurales
En general, Puebla enfrenta un panorama económico marcado por serios problemas estructurales que dificultan su desarrollo. La precariedad laboral es uno de los principales retos, derivada de la dependencia excesiva en micronegocios que generan empleos de baja calidad, con ingresos limitados y escasa estabilidad para los trabajadores.
A esta situación se suma la desigualdad económica, donde un reducido número de grandes empresas concentra la mayor parte de los ingresos, perpetuando un modelo excluyente que deja a una amplia mayoría en condiciones desfavorables.
El rezago tecnológico es otro obstáculo clave. El bajo uso de herramientas digitales limita la innovación y la productividad en los sectores productivos del estado, frenando su capacidad para competir en una economía cada vez más globalizada.
Finalmente, la falta de visión estratégica en el diseño de políticas públicas agrava estos problemas. Puebla carece de iniciativas eficaces para modernizar sus pequeños negocios e integrarlos en sectores de alto valor agregado, lo que impide una transformación económica sostenible y equitativa.
Es imperativo que el gobernador Alejandro Armenta considere que sin políticas públicas claras y una apuesta decidida por la modernización, la economía poblana corre el riesgo de estancarse en un modelo insostenible en el mediano plazo.
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