¿Cómo será México al final de esta década si persiste el actual estancamiento económico? Las proyecciones apuntan a un escenario preocupante: un país con mayor pobreza relativa, creciente polarización social, oportunidades limitadas para sus jóvenes y un peso geopolítico menguante.

Mexconomy - Una economía que crece por debajo del 1.5% anual —como ha sucedido en México desde 2019— no solo genera menos bienestar material; transforma profundamente el tejido social y redefine las posibilidades futuras de la nación.

El espejismo demográfico

México está desaprovechando su bono demográfico, esa ventana histórica donde la proporción de población en edad productiva alcanza su máximo. Según proyecciones del CONAPO, este bono comenzó a cerrarse en 2022 y terminará definitivamente hacia 2035.

Es una oportunidad que no volverá. Para 2030, México tendrá una población envejeciendo aceleradamente sin haber acumulado la riqueza necesaria para sostener a sus adultos mayores.

Los datos evidencian esta tendencia inquietante:

  • La población mayor de 65 años pasará del 8% actual al 12% en 2030
  • La tasa de dependencia económica aumentará de 50.4% en 2020 a 54.2% en 2030
  • El número de pensionados crecerá 42% en este periodo, mientras la base de trabajadores formales apenas aumentará 11%

México está envejeciendo antes de enriquecerse, invirtiendo el proceso de desarrollo que siguieron países como Corea del Sur o Japón.

La fuga de capital humano

Uno de los efectos más evidentes del estancamiento prolongado es la aceleración de la emigración cualificada. Según datos del Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME), el número de profesionistas mexicanos residiendo en Estados Unidos ha crecido a un ritmo anual de 7.5% desde 2019, más del doble que en el quinquenio anterior.

No es solo una fuga de cerebros, es una fuga de esperanza. México está exportando a sus jóvenes más talentosos y emprendedores porque no encuentra cómo insertarlos productivamente en su economía.

Para 2030, proyecciones conservadoras estiman que más de 850,000 mexicanos con educación superior habrán emigrado desde 2019, un costo incalculable en términos de capital humano perdido.

Esta tendencia alimenta un círculo vicioso: la emigración cualificada reduce el capital humano disponible, lo que disminuye la productividad y desincentiva la inversión, reforzando el estancamiento económico.

La trampa de la informalidad

Con un crecimiento económico tan bajo, México no ha logrado reducir su tasa de informalidad laboral, que se mantiene persistentemente por encima del 55% de la población ocupada.

La informalidad no es solo un problema económico, es una trampa social. Condena a millones de mexicanos a trabajos precarios, sin protección social y con limitadas posibilidades de movilidad.

De mantenerse la trayectoria actual, para 2030:

  • La informalidad seguirá afectando a más de 33 millones de trabajadores
  • El sistema de seguridad social enfrentará presiones financieras crecientes
  • La productividad laboral se mantendrá estancada, ampliando la brecha con países desarrollados

Cuando un país no crece lo suficiente para incorporar formalmente a su población trabajadora, se perpetúa una estructura económica dual que obstaculiza el desarrollo sostenible e inclusivo. Esta dualidad crea un círculo vicioso donde la baja productividad limita el crecimiento y, a su vez, el bajo crecimiento impide la absorción de trabajadores en el sector formal de alta productividad.

La dimensión geopolítica: México pierde relevancia

Cuando México negoció el TLCAN en los años 90, su economía representaba aproximadamente el 8% del PIB estadounidense. Para 2018, esta proporción había caído al 5%, y para 2030 se proyecta que descenderá por debajo del 4%, reduciendo la relevancia económica relativa de México frente a su principal socio comercial.

México está perdiendo peso específico en la ecuación norteamericana precisamente cuando más importancia tiene la competencia económica con China.

Esta pérdida de relevancia económica se traduce en menor influencia política:

  1. Dependencia creciente: El 80% de las exportaciones mexicanas se dirigen a EE.UU., pero representan una proporción decreciente del comercio estadounidense.
  2. Menor capacidad negociadora: Las futuras renegociaciones del T-MEC encontrarán a un México económicamente más débil.
  3. Vulnerabilidad ante choques externos: La limitada diversificación comercial aumenta la exposición a ciclos económicos externos.

La aspiración de México a ser una potencia media influyente se diluye con cada año de estancamiento.

La ventana de oportunidad que se cierra

El contexto internacional que actualmente favorece a México —con tensiones comerciales China-EE.UU., tendencias de nearshoring y un T-MEC recién renovado— no durará indefinidamente.

México tiene una ventana de oportunidad que podría cerrarse hacia 2027-2028. Para entonces, si no hemos consolidado nuestra posición, otros países habrán capitalizado estas tendencias.

Países como Vietnam, Indonesia y varias naciones de Europa del Este compiten agresivamente por atraer las inversiones manufactureras que buscan alternativas a China. Si México no resuelve sus cuellos de botella estructurales, perderá definitivamente esta oportunidad histórica.

¿Hay salida al estancamiento?

Revertir la trayectoria actual requiere acciones decididas en múltiples frentes:

  1. Restauración de la certidumbre jurídica: Fortalecimiento de instituciones regulatorias y respeto a contratos y compromisos previos.
  2. Estrategia energética balanceada: Combinar seguridad energética con sostenibilidad y apertura a inversión privada complementaria.
  3. Política industrial focalizada: Implementación de una estrategia integral para capturar oportunidades del nearshoring.
  4. Inversión en infraestructura productiva: Incrementar significativamente la inversión pública en infraestructura estratégica.
  5. Agenda integral de productividad: Atacar barreras estructurales como informalidad, regulación excesiva y acceso al financiamiento.

El tiempo se agota. La administración federal de Claudia Sheinbaum Pardo tiene, quizás, la última oportunidad para corregir el rumbo antes de que el estancamiento se vuelva estructural.

La disyuntiva es clara: o México implementa reformas estructurales para reactivar la inversión y el crecimiento, o se resigna a consolidar su posición como un país de ingreso medio, con limitadas oportunidades para sus ciudadanos y creciente inestabilidad social.

La historia económica muestra que los países rara vez permanecen estancados durante muchos años; o encuentran un camino hacia el crecimiento renovado, o enfrentan crisis cada vez más profundas. México se encuentra precisamente en esa encrucijada histórica.

Análisis crítico del crecimiento económico de México: 2018-2030

Datos históricos y proyección revisada

Basado en los datos oficiales del INEGI hasta 2023 y las proyecciones del FMI para 2024-2025, se presenta un análisis del desempeño económico de México desde 2018, con proyecciones revisadas hasta 2030.

Crecimiento del PIB de México (2018-2023) - Datos oficiales INEGI

  • 2018: 2.20%
  • 2019: -0.28%
  • 2020: -8.65%
  • 2021: 5.84%
  • 2022: 3.90%
  • 2023: 3.20%

Proyecciones (2024-2030)

  • 2024: 1.20% (FMI)
  • 2025: -0.30% (FMI)
  • 2026: 1.80% (Proyección revisada)
  • 2027: 2.10% (Proyección revisada)
  • 2028: 0.70% (Proyección revisada)
  • 2029: 1.50% (Proyección revisada)
  • 2030: 2.30% (Proyección revisada)

Análisis crítico del desempeño económico desde 2018

1. Contexto macroeconómico y tendencias

Periodo 2018-2023: Estancamiento, crisis y recuperación incompleta

El periodo 2018-2023 quedará marcado por tres grandes fases:

  1. Desaceleración inicial (2018-2019): Incluso antes de la pandemia, la economía mexicana ya mostraba señales de estancamiento. El crecimiento se desaceleró drásticamente de 2.20% en 2018 a -0.28% en 2019, entrando en territorio negativo en el primer año completo del gobierno de López Obrador. Esta contracción resulta significativa considerando que ocurrió sin choques externos graves y en un contexto internacional relativamente favorable.
  2. Crisis pandémica (2020): La contracción de -8.65% en 2020 fue una de las más severas entre las economías del G20, excediendo la caída promedio mundial. Esto refleja tanto el impacto del COVID-19 como la ausencia de políticas contracíclicas significativas, ya que México implementó uno de los paquetes de estímulo más reducidos entre las economías emergentes (menos del 1% del PIB, comparado con promedios del 4-6% en países similares).
  3. Recuperación incompleta (2021-2023): El rebote post-pandémico de 5.84% en 2021 representó una recuperación parcial que continuó con tasas de 3.90% en 2022 y 3.20% en 2023. Sin embargo, al analizar el nivel absoluto del PIB (no solo tasas), observamos que México apenas logró recuperar a finales de 2022 el nivel pre-pandémico de 2018, implicando cuatro años perdidos de crecimiento.

Proyección 2024-2030: Un horizonte preocupante

La proyección para el periodo 2024-2030 muestra un patrón de crecimiento estructuralmente bajo:

  1. Entrada en recesión técnica (2024-2025): La previsión del FMI de 1.20% para 2024 seguida de -0.30% para 2025 implica una entrada en recesión técnica. Esto resulta particularmente alarmante considerando el contexto de relativa estabilidad global y las oportunidades de nearshoring que México debería estar capitalizando.
  2. Recuperación débil (2026-2030): Las proyecciones revisadas indican un patrón de crecimiento volátil y frágil, con tasas que oscilan entre 0.70% y 2.30%, para un promedio de apenas 1.68% en este quinquenio. Este crecimiento es claramente insuficiente para:
    • Absorber a los nuevos entrantes al mercado laboral
    • Reducir la pobreza de forma significativa
    • Cerrar la brecha de infraestructura
    • Competir efectivamente con otras economías emergentes

2. Factores estructurales del bajo crecimiento

Políticas económicas que han afectado la inversión privada

La administración 2018-2024 implementó políticas que han debilitado la confianza inversionista:

  1. Incertidumbre regulatoria y jurídica: La cancelación del NAIM (Aeropuerto de Texcoco) en 2018 estableció un precedente sobre la seguridad jurídica de los contratos. Las posteriores modificaciones en sectores estratégicos como energía y minería han perpetuado esta incertidumbre.
  2. Reorientación de la inversión pública: La inversión pública cayó de 3.1% del PIB en 2018 a menos del 2.5% en los años siguientes, concentrándose además en proyectos emblemáticos como Dos Bocas, Tren Maya y el AIFA, en lugar de distribuirse en infraestructura productiva básica.
  3. Cambios en el marco institucional: La percepción de seguridad jurídica se ha modificado según índices internacionales como el Rule of Law Index, donde México ha retrocedido posiciones consecutivamente desde 2018.

Desafíos fiscales emergentes

El manejo de las finanzas públicas presenta vulnerabilidades crecientes:

  1. Déficit fiscal en aumento: El déficit fiscal ha crecido de manera constante, pasando de 2.1% en 2018 a niveles superiores al 5% del PIB en las proyecciones para 2025-2026. Este incremento no responde a una política contracíclica deliberada, sino a cambios en la orientación del gasto público.
  2. Evolución de la deuda pública: Aunque el nivel absoluto de deuda/PIB sigue siendo manejable (cercano al 50%), la trayectoria es ascendente y el costo financiero ha aumentado significativamente debido a las mayores tasas de interés globales.
  3. Rigidez presupuestaria: Más del 80% del presupuesto federal está comprometido en rubros poco flexibles (transferencias sociales, pensiones, servicio de deuda), lo que reduce el margen para políticas contracíclicas o inversiones estratégicas.

Transformación institucional y su impacto económico

La reconfiguración institucional ha tenido efectos económicos tangibles:

  1. Reestructuración de organismos reguladores: La transformación de instituciones como la CRE, CNH, COFECE y el IFT ha modificado la capacidad del Estado para regular mercados competitivos, afectando los costos operativos para las empresas.
  2. Reorientación de prioridades económicas: Decisiones económicas fundamentales han sido alineadas con criterios de política social, como evidencian las obras prioritarias, la asignación sectorial del gasto y el enfoque en programas asistenciales con impacto redistributivo pero limitados efectos en la productividad.
  3. Reforma del Poder Judicial: Las modificaciones al sistema judicial generan un periodo de adaptación para la inversión, particularmente relevante en el contexto del T-MEC, donde los mecanismos de resolución de controversias dependen de un poder judicial efectivo.

3. Análisis comparativo internacional

Aprovechamiento diferenciado del nearshoring

En comparación con otros países en desarrollo que han capitalizado la reconfiguración de las cadenas globales de valor:

  1. México vs. Vietnam: Mientras México ha crecido a un promedio de 0.8% anual entre 2019-2023, Vietnam ha mantenido tasas superiores al 4% incluso durante la pandemia, captando una proporción significativamente mayor de la relocalización industrial desde China.
  2. Desempeño frente a pares latinoamericanos: Economías como Colombia y Chile han logrado recuperaciones distintas post-pandemia y proyectan crecimientos diferentes para 2024-2030, en contextos sociales y políticos particulares.
  3. Evolución en la integración regional: La participación de México en el comercio norteamericano se ha mantenido estable desde 2018, en un periodo donde el conflicto comercial China-EEUU y posteriormente la pandemia creaban oportunidades para su expansión.

Persistencia de desafíos estructurales

Los desafíos estructurales que limitan el crecimiento potencial de México se han mantenido:

  1. Productividad: La productividad total de los factores en México ha mostrado un comportamiento negativo con una tasa anual promedio de -0.7% desde 2018, ampliando la brecha con Estados Unidos y otros competidores.
  2. Informalidad laboral: La tasa de informalidad laboral se ha mantenido por encima del 55%, con fluctuaciones durante la crisis pandémica y una recuperación del empleo formal más lenta que la del PIB.
  3. Desarrollo del capital humano: La interrupción educativa durante la pandemia, combinada con ajustes presupuestales en educación, ciencia y tecnología, plantea desafíos para la competitividad futura.

4. Impacto socioeconómico del bajo crecimiento

Evolución del ingreso per cápita

El ritmo de crecimiento económico tiene efectos directos sobre el bienestar:

  1. Comportamiento en términos reales: Considerando el crecimiento poblacional (cercano al 1% anual), el PIB per cápita de México en 2023 era aproximadamente 3% inferior al de 2018 en términos reales, y las proyecciones indican que no recuperará el nivel pre-2018 hasta al menos 2026-2027.
  2. Distribución del crecimiento: El crecimiento insuficiente ha limitado la movilidad social, especialmente considerando que los efectos de la pandemia afectaron de manera diferenciada a los diversos sectores socioeconómicos.
  3. Dinámica migratoria: El diferencial de ingresos con Estados Unidos se ha modificado desde 2018, contribuyendo a cambios en los flujos migratorios, como evidencia el aumento de remesas recibidas (más de 60,000 millones de dólares en 2023).

Desafíos de los países de ingreso medio

México muestra características propias de la "trampa de ingreso medio":

  1. Transición hacia sectores de mayor valor agregado: La participación de industrias intensivas en conocimiento en el PIB no ha aumentado significativamente desde 2018, mientras que economías comparables en Asia han acelerado su transición.
  2. Evolución de los salarios reales: Pese a incrementos nominales del salario mínimo, los salarios reales promedio han mostrado crecimientos moderados, reflejando desafíos subyacentes de productividad.
  3. Estructura productiva dual: Persiste la diferencia entre un sector exportador relativamente sofisticado pero con limitados encadenamientos locales, y un sector interno de baja productividad y alta informalidad.

Perspectivas

1. Diagnóstico para el periodo 2018-2030

El análisis de datos históricos y proyecciones revisadas permite concluir que:

  1. Crecimiento por debajo del potencial: El crecimiento económico promedio para el periodo 2018-2030 se proyecta en aproximadamente 1.2% anual, por debajo del potencial histórico de México (3-4%) y del crecimiento requerido para satisfacer las necesidades demográficas y sociales (al menos 4-5%).
  2. Periodo de ajuste prolongado: Considerando el crecimiento poblacional, el ingreso per cápita en 2030 será moderadamente superior al de 2018, implicando un periodo extendido de adaptación económica.
  3. Transformación del contexto internacional: Este periodo coincide con condiciones externas cambiantes para México (T-MEC, nearshoring, reconfiguración de cadenas de suministro globales), representando un escenario de transición compleja.

2. Factores de riesgo en el horizonte 2024-2030

El escenario proyectado enfrenta desafíos adicionales que podrían modificar las perspectivas:

  1. Sostenibilidad fiscal: La trayectoria actual del déficit y endeudamiento público requerirá ajustes hacia 2026-2027 para mantener la estabilidad macroeconómica.
  2. Balance inflacionario: La combinación de políticas fiscales expansivas con reformas laborales significativas (como la reducción de jornada) podría generar presiones inflacionarias que influyan en la política monetaria, con efectos sobre la inversión.
  3. Adaptación institucional: La reconfiguración de instituciones y la implementación de nuevos marcos regulatorios creará un periodo de adaptación para la actividad económica.
  4. Interdependencia económica: La estrecha vinculación con la economía estadounidense (alrededor del 80% de las exportaciones) mantiene a México particularmente sensible a la evolución política y económica de su vecino del norte.

3. Recomendaciones de política económica

Para mejorar la trayectoria de crecimiento, se requieren ajustes estratégicos:

  1. Fortalecimiento de la certidumbre jurídica: Consolidación institucional que brinde seguridad para inversiones de largo plazo, especialmente en sectores estratégicos como energía, infraestructura y tecnología.
  2. Política industrial estratégica: Implementación de una estrategia integral para aprovechar el nearshoring, con incentivos focalizados, desarrollo de proveedores locales e inversión en infraestructura logística.
  3. Sostenibilidad fiscal progresiva: Establecimiento de una trayectoria de reducción gradual del déficit que genere espacio fiscal para inversión pública productiva.
  4. Programa integral de productividad: Abordaje de las barreras estructurales que limitan la productividad, incluyendo informalidad, regulación, acceso a financiamiento y formación de capital humano.
  5. Transición energética balanceada: Evolución hacia un modelo energético que combine seguridad energética con sostenibilidad ambiental y viabilidad económica, integrando inversión complementaria.

El análisis presentado evidencia que México enfrenta un desafío económico estructural significativo. Sin ajustes estratégicos en la política económica, el periodo 2018-2030 representará una fase de adaptación compleja en términos de bienestar relativo y convergencia con economías avanzadas.