💻 El sueño de empleos millonarios para programadores se desvanece: la saturación del mercado, la irrupción de la inteligencia artificial y despidos masivos en Big Tech han elevado el desempleo a niveles inéditos. México observa con preocupación este fenómeno que ya afecta a sus jóvenes profesionales.📉

Mexconomy — Durante más de una década, se vendió la idea de que estudiar programación era la llave maestra para un empleo bien remunerado y seguro. Sin embargo, la realidad actual en Estados Unidos, el epicentro tecnológico global, muestra un escenario muy distinto: el desempleo entre los recién graduados en ciencias de la computación ha subido al 5.8%, con tasas aún mayores en disciplinas como la ingeniería informática, alcanzando hasta 7.5%.

La Asociación Nacional de Universidades y Empleadores (NACE) reportó una disminución del 17% en las ofertas de empleo de nivel inicial en tecnología entre 2023 y 2024.

Este fenómeno surge en un contexto donde el número de estudiantes en ciencias de la computación se duplicó entre 2014 y 2024, creando una burbuja educativa que no ha sido capaz de absorber la demanda laboral esperada. La llegada disruptiva de la inteligencia artificial, con herramientas que generan código automáticamente, agrava la situación al disminuir la necesidad de programadores junior. Voces destacadas como Dario Amodei, CEO de Anthropic, advierten que hasta el 50% de los trabajos iniciales podrían desaparecer en cinco años.

Las Big Tech —Amazon, Intel, Meta y Microsoft— han realizado despidos masivos, eliminando muchos de los empleos que se promovían como destino natural para nuevos programadores, mientras los recién graduados enfrentan una competencia feroz y salarios de entrada a la baja.

La paradoja más cruel es que carreras tradicionalmente consideradas "seguras" o menos tecnológicas, como biología o historia del arte, ahora presentan tasas de desempleo inferiores a las de programación e ingeniería informática, evidenciando que la tecnología ya no garantiza automáticamente la empleabilidad.

Este choque con la realidad ha provocado un impacto psicológico notable en los jóvenes profesionales, quienes experimentan frustración y desilusión.

En México, aunque el sector tecnológico no alcanza la magnitud de Estados Unidos, la narrativa que vincula las carreras tecnológicas con la estabilidad y buenos ingresos ha impulsado un crecimiento acelerado en matrículas universitarias. Sin embargo, esta misma dinámica está generando una saturación en el mercado laboral junior.

Los salarios para programadores junior en México son significativamente más bajos. Según diversas plataformas de empleo y análisis, un programador junior puede ganar entre $120,000 y $240,000 MXN al año.

Las empresas mexicanas, adoptando cada vez más herramientas de IA como GitHub Copilot, buscan eficiencia y reducen la contratación de programadores principiantes. A pesar de no haberse registrado despidos masivos como en EE. UU., la volatilidad económica global ha llevado a congelamientos de contrataciones y reestructuraciones que afectan directamente a los recién egresados.

México enfrenta un efecto dominó: jóvenes con expectativas altas chocan contra un mercado que exige experiencia y se automatiza rápidamente, mientras la oferta de talento junior crece desproporcionadamente.

El desafío inmediato es que las instituciones educativas y el gobierno repiensen las currículas para desarrollar habilidades que la IA no pueda reemplazar fácilmente, como la creatividad, el pensamiento crítico, la gestión de proyectos y la resolución compleja de problemas.

De lo contrario, el país podría profundizar una crisis silenciosa, donde la frustración de miles de jóvenes no solo será económica, sino también emocional, cuestionando la promesa dorada que durante años se les vendió como un futuro asegurado.