La apreciación del peso mexicano oculta vulnerabilidades en el triángulo comercial con Estados Unidos y China

En las salas de operaciones de Wall Street y Londres, el peso mexicano se ha convertido en la estrella inesperada de 2025. Con una apreciación dramática de 8.5% en apenas ocho meses, la divisa azteca pasó de cotizar a 20.08 pesos por dólar en enero a 18.37 a finales de septiembre, mientras la Bolsa Mexicana de Valores registraba un rally espectacular del 24%, saltando de 49,783 puntos a 62,307.

Pero detrás de estos números que celebran los traders internacionales se esconde una realidad más compleja y preocupante. México se encuentra atrapado en un triángulo comercial peligroso que podría colapsar en cualquier momento, amenazando no solo la estabilidad de su moneda sino su posición estratégica en el tablero geopolítico mundial.

Los datos revelan un patrón inquietante: mientras el peso se fortalece, las exportaciones manufactureras se desploman. La política arancelaria de Estados Unidos —principal destino del 80% de las exportaciones mexicanas— ha golpeado duramente sectores clave. Los aranceles del 25% al acero y aluminio devastaron la industria automotriz, aunque otros segmentos manufactureros lograron crecer un 14.3%.

El verdadero problema radica en el esquema de financiamiento que sostiene esta aparente fortaleza. México mantiene un déficit comercial creciente con China que financia precisamente con el superávit que obtiene de Estados Unidos. Es un equilibrio precario que convierte al país en rehén de las tensiones entre las dos superpotencias.

"México se ubicó en segunda posición del déficit comercial de Estados Unidos con 171.81 mil millones de dólares", revelan los datos oficiales, representando el 14.28% del déficit total estadounidense. Esos dólares fluyen hacia el sur, fortalecen el peso, y después viajan hacia el oeste para pagar las crecientes importaciones chinas.

La Trampa del Nearshoring

El fenómeno del nearshoring —la reubicación de cadenas productivas cerca de Estados Unidos— ha sido la narrativa dominante para explicar el rally del peso. Las empresas huyen de China buscando refugio en México, y los capitales especulativos siguen esa corriente como tiburones tras el rastro de sangre.

Sin embargo, un peso a 18.37 por dólar está eliminando precisamente la ventaja competitiva que atrajo esos flujos. La ecuación es simple pero letal: si México pierde su ventaja de costos frente a Vietnam, India y otros competidores asiáticos, el nearshoring se detiene. Y cuando eso ocurra, los flujos especulativos que sostienen al peso se revertirán con la misma velocidad con que llegaron.

Los mercados financieros mexicanos muestran signos preocupantes de desconexión con la realidad productiva. Mientras la BMV celebra máximos históricos mes tras mes —con picos de 62,368 puntos a finales de septiembre—, la industria manufacturera enfrenta la doble presión de aranceles estadounidenses y pérdida de competitividad por la apreciación cambiaria.

Es la receta perfecta para una "enfermedad holandesa" en cámara lenta: los sectores no comerciables se sobreexpanden alimentados por flujos externos, mientras la base industrial se erosiona silenciosamente.

El Riesgo de la Instrumentalización

Más allá de las cifras económicas, México enfrenta un dilema geopolítico existencial. Su posición como intermediario en la guerra comercial Estados Unidos-China genera oportunidades, pero también el riesgo de ser "instrumentalizado" por ambas potencias.

Un peso sobrevaluado facilita la penetración de productos chinos en el mercado mexicano, profundizando el déficit bilateral y generando tensiones con Washington. Al mismo tiempo, reduce la competitividad de las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos, debilitando el superávit que financia todo el esquema.

La OCDE ya proyecta una contracción del 1.3% del PIB mexicano por efectos arancelarios en 2025. Si a esto se suma una corrección cambiaria abrupta, el impacto podría ser devastador.

Los analistas de mercado celebran la fortaleza del peso como evidencia de la solidez macroeconómica mexicana. Pero los datos cuentan una historia diferente: la de un país atrapado entre dos gigantes, financiando su aparente prosperidad con un esquema que depende de mantener contentos a ambos amos.

Cuando el peso inevitablemente se corrija —y la historia monetaria sugiere que las sobrevaluaciones siempre se corrigen—, México deberá enfrentar no solo la volatilidad financiera, sino el reto más profundo de redefinir su lugar en un mundo multipolar donde ya no podrá servir a dos señores.

La pregunta no es si el peso mantendrá estos niveles, sino qué quedará de la estrategia de desarrollo mexicana cuando la música pare y las sillas financieras ya no alcancen para todos.


PESO MEXICANO 2025: LOS NÚMEROS QUE IMPORTAN

FORTALECIMIENTO DEL PESO
8.5%
Enero-Septiembre 2025
20.08 → 18.37 MXN/USD
RALLY BMV
24%
Crecimiento en 8 meses
49,783 → 62,307 puntos
DEPENDENCIA COMERCIAL
80%
de exportaciones a EEUU
$171.8B déficit de EEUU con MX
PROYECCIÓN OCDE
-1.3%
Contracción PIB 2025
Por efectos arancelarios

EL TRIÁNGULO COMERCIAL

MÉXICO
Hub intermediario
EEUU
Superávit mexicano
CHINA
Déficit mexicano
⚠️ RIESGO: El superávit con EEUU financia el déficit con China

EVOLUCIÓN RECIENTE

ENE 2025
Peso: 20.08 | BMV: 49,783
MAY 2025
Aceleración nearshoring
AGO 2025
Rally bursátil intensificado
SEP 2025
Peso: 18.37 | BMV: 62,307
El Peso Mexicano: Entre la Fortaleza Aparente y la Trampa Geopolítica
Etiquetas: peso-mexicano, estados-unidos, china, nearshoring, aranceles, exportaciones, bmv, tipo-de-cambio, geopolitica, comercio-internacional