El comercio al por mayor registró un avance mensual en ingresos, mientras que el comercio al por menor mostró moderación; las remuneraciones reales pierden terreno. Ventas exclusivamente en línea crecieron 23.8% anual y el empleo vinculado a estos canales subió 61.4%.

Mexconomy — La Encuesta Mensual sobre Empresas Comerciales (EMEC) del INEGI revela una fotografía a la vez desigual y preocupante del comercio interior en septiembre de 2025. Los ingresos reales del comercio al por mayor crecieron 2.5% a tasa mensual, pero ese impulso no se tradujo en mejores salarios: las remuneraciones medias reales cayeron 1.2% y el personal ocupado descendió 0.2%. Por su parte, el comercio al por menor mantuvo estables sus ingresos mensuales, con una ligera alza de empleo de 0.1% y remuneraciones que también retrocedieron 0.2%. Estos datos proceden del boletín EMEC de noviembre de 2025. :contentReference[oaicite:0]{index=0}

El crecimiento de los ingresos al por mayor —con incidencia positiva en subsectores como productos farmacéuticos y electrodomésticos— contrasta con la caída de los salarios reales y una contracción del empleo, una combinación que apunta a ganancias de productividad o de margen que no se reparte hacia la nómina. A nivel anual, los ingresos al por mayor no registraron variación, mientras que el empleo mostró un modesto incremento interanual del 1.1%, y las remuneraciones perdieron 0.6%. Esta dinámica sugiere que la recuperación del sector está siendo sostenida por mejoras en ventas unitarias o precios, más que por reactivación del consumo sostenido.

El deterioro de las remuneraciones reales —en ambos sectores— es el punto más crítico. Una caída salarial sostenida amenaza la demanda interna, base del comercio minorista, y aumenta el riesgo de que la mejora en ingresos sea temporal. Además, la distribución territorial muestra heterogeneidad: entidades como Guerrero reportan variaciones anuales muy superiores a la media nacional, mientras que otras registran avance limitado, lo que evidencia vulnerabilidades regionales en la cadena de consumo y logística.

En el comercio minorista sobresale el crecimiento anual de ingresos del 3.3%, pero con una composición que favorece segmentos específicos —por ejemplo, ventas exclusivamente en línea crecieron 23.8% anual y el empleo vinculado a estos canales subió 61.4%—, lo que revela una aceleración de la transformación digital que no está siendo compensada por el resto de tiendas físicas. Ese sesgo estructural aumenta riesgos para pequeñas y medianas empresas que no han podido incorporarse eficazmente al comercio electrónico.

En conjunto, la economía comercial avanza en montos nominales pero con frágiles señales de inclusión salarial y empleo. La recuperación se concentra en pocos actores y en la digitalización a costa del empleo tradicional.


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