Las actividades secundarias se desploman 2.1% mientras los servicios apenas sostienen el pulso económico. Este desbalance configura un contexto crítico: la economía mexicana atraviesa una parálisis, cerrará octubre de 2025 con cero variación tanto anual como mensual, según estimaciones del INEGI. México está atrapado en el estancamiento, incapaz de generar dinamismo tras meses de desaceleración progresiva.

Mexconomy Pro — El diagnóstico sectorial expone una bifurcación preocupante. Las actividades secundarias —que incluyen manufactura, construcción, minería y electricidad— registrarán una caída anual de 2.1% en octubre, profundizando la crisis industrial documentada en datos manufactureros recientes. Aunque se anticipa un tímido rebote mensual de 0.1%, la tendencia anual confirma que el sector productivo mexicano está en franco retroceso. El índice desestacionalizado se ubica en apenas 99.7 puntos (base 2018=100), por debajo del nivel prepandemia.

Servicios: el sostén frágil

Las actividades terciarias —comercio, transporte, servicios financieros y turismo— representan el único componente con crecimiento, pero su dinamismo es insuficiente para compensar el desplome industrial. Se prevé un avance anual de 0.9%, aunque mensualmente retrocederán 0.2%. Con un índice de 107.1 puntos, los servicios mantienen niveles superiores a 2018, pero su desaceleración mensual anticipa que este sector también pierde impulso.

La problema es evidente: el sector que más empleo genera —servicios— crece marginalmente, mientras el sector estratégico para la productividad y exportaciones —industria— se contrae. Esta combinación genera una economía de bajo valor agregado, dependiente de actividades terciarias que, aunque necesarias, no impulsan la competitividad internacional ni la innovación tecnológica.

Los intervalos de confianza del Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) ilustran la incertidumbre adicional. Para el Indicador General de la Actividad Económica (IGAE), el rango oscila entre -0.9% y +0.9%, lo que significa que octubre podría cerrar incluso con contracción. En actividades secundarias, el escenario más pesimista proyecta una caída de hasta 4.4%. Esta volatilidad refleja un entorno económico frágil, vulnerable a cualquier choque externo: desaceleración estadounidense, tensiones comerciales o problemas de liquidez.

El IOAE, que anticipa resultados cinco semanas antes que el IGAE oficial, funciona como sistema de alerta temprana. Y la alerta es clara: México enfrenta un estancamiento que —nuevamente— amenaza con convertirse en recesión técnica si la industria no se recupera y los servicios pierden tracción.


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