Mientras el mercado sueña con la autonomía total prometida para 2026, la realidad tecnológica sugiere un camino intermedio y mucho más pragmático. El humanoide NEO de 1X, con sus manos precisas y diseño elegante, enfrenta un obstáculo monumental: el caos del hogar.
Mexconomy — A diferencia de las fábricas estandarizadas, una casa es un entorno impredecible donde, hasta la fecha, ningún robot ha logrado completar tareas domésticas complejas —como lavar ropa o limpiar— sin cortes de edición ni trucos.
Ante este "abismo" técnico, la estrategia de 1X pivota hacia la teleoperación. En lugar de esperar a una Inteligencia Artificial perfecta, la compañía apuesta por un modelo de "cuerpos remotos": operadores humanos que aportan la inteligencia y la toma de decisiones, mientras el robot pone el hardware. Este enfoque transforma al NEO en una extensión física para trabajadores a distancia, permitiendo un despliegue inmediato en hogares, hoteles y asilos.
El potencial económico es vasto. Convertir el mercado global de servicios domésticos —valorado en más de 386.000 millones de dólares— en un modelo de suscripción recurrente podría redefinir la industria. Sin embargo, el desafío crítico es la privacidad.
Para que esto funcione, 1X deberá garantizar transparencia absoluta sobre cuándo opera la máquina y cuándo lo hace un humano, similar a la confianza que tuvieron que construir plataformas como Uber o Airbnb. Paradójicamente, la teleoperación no es el fin, sino el medio: los datos generados por estas interacciones humanas reales alimentarán los modelos de aprendizaje profundo para alcanzar la futura autonomía.
Fuente: The Wall Street Journal

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