El presente artículo propone el concepto de coexistencia competitiva estabilizada como categoría analítica útil para comprender las relaciones entre grandes potencias en la era post-globalización.
Mexconomy - A diferencia de paradigmas clásicos como la guerra fría o la interdependencia liberal, esta noción permite interpretar escenarios donde la rivalidad estratégica se canaliza mediante mecanismos de contención institucional, acuerdos selectivos y canales de diálogo económico, como el reciente entendimiento entre China y Estados Unidos alcanzado en Ginebra en mayo de 2025.
Durante décadas, las relaciones internacionales fueron interpretadas bajo dos grandes modelos: el de la interdependencia liberal —donde el comercio conduciría a la paz— y el de la competencia bipolar heredado de la guerra fría. Sin embargo, la creciente rivalidad entre potencias como China y EE. UU. demuestra que la globalización no eliminó la competencia geoestratégica; solo la transformó. Surge así una nueva categoría: la coexistencia competitiva estabilizada.
2. ¿Qué es la coexistencia competitiva estabilizada?
Es un modelo de interacción entre potencias donde la competencia estructural por el poder económico, tecnológico y normativo no desaparece, pero se gestiona mediante mecanismos institucionales de contención, coordinación o selectiva cooperación. Su objetivo no es eliminar la competencia, sino evitar que esta derive en confrontación destructiva o guerra abierta.
Los tres componentes fundamentales de este modelo son:
- Estabilidad: acuerdos formales o informales que reducen la volatilidad sistémica (por ejemplo, suspensión temporal de aranceles, creación de mesas técnicas o pactos de no agresión comercial).
- Competencia estratégica: mantenimiento de rivalidades en sectores clave (tecnología, defensa, influencia normativa) sin pretensión de alianza ni convergencia.
- Canalización institucional: existencia de mecanismos periódicos, bilaterales o multilaterales, para procesar diferencias y evitar escaladas.
Desde el punto de vista geoeconómico, entender la coexistencia competitiva estabilizada es clave porque:
- Refleja la nueva normalidad entre grandes potencias: las relaciones entre China y EE. UU., o entre la UE y Rusia antes de 2022, muestran que la interdependencia económica no impide los conflictos, pero puede moldear sus formas.
- Permite anticipar escenarios de riesgo gestionado: las empresas y gobiernos pueden prever tensiones futuras, pero también espacios de acuerdo funcional, como los alcanzados en el acuerdo arancelario de mayo de 2025.
- Requiere capacidad estatal tecnopolítica: mantener esta coexistencia exige gobiernos con aparato técnico, diplomático y fiscal sólido, capaces de operar bajo incertidumbre sin escalar cada diferencia.
4. El caso China–EE. UU.: una aplicación empírica
El reciente entendimiento alcanzado entre Beijing y Washington en Ginebra representa el primer caso explícito de esta lógica. Ambas partes suspendieron 24 puntos porcentuales de aranceles recíprocos durante 90 días, eliminaron medidas punitivas recientes, y acordaron crear un mecanismo institucional de diálogo económico bilateral. Como señaló el secretario del Tesoro estadounidense Scott Bessent: “las conversaciones fueron productivas... las diferencias quizás no eran tan grandes como pensábamos”.
China, por su parte, suspendió sus contramedidas no arancelarias y reafirmó que está dispuesta a “gestionar las diferencias y ampliar la cooperación”. En conjunto, estas decisiones no eliminan la rivalidad tecnológica, militar o normativa, pero instauran un patrón de canalización que reduce el riesgo sistémico.
5. Limitaciones y perspectivas
Este modelo no está exento de fragilidad. Su estabilidad depende de:
- Factores internos: elecciones en EE. UU., reacomodos en el Partido Comunista Chino, presiones nacionalistas.
- Eventos externos: crisis en Taiwán, colapso financiero, conflictos indirectos en terceros países.
- Capacidad de monitoreo: ausencia de mecanismos jurídicos vinculantes o institucionalidad multilateral fuerte.
Aun así, la coexistencia competitiva estabilizada representa un marco analítico útil y realista para interpretar el orden multipolar emergente, donde los actores no buscan la alianza total ni la ruptura absoluta, sino formas de lidiar con una rivalidad persistente.
En la nueva era geoeconómica, entender la lógica de la coexistencia competitiva estabilizada es fundamental para analistas, gobiernos y empresas. No se trata de esperar un nuevo Bretton Woods, ni de asumir un conflicto inevitable. Se trata de reconocer que en el sistema internacional actual la rivalidad es permanente, pero la ruptura total es costosa. Entre esos extremos, se abre un espacio de maniobra política que merece ser conceptualizado, monitoreado y fortalecido.
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