El Indicador de Pedidos Manufactureros (IPM) retrocedió 4.0 puntos en un solo mes para ubicarse en 48.3 puntos, cayendo por debajo del umbral crítico de los 50 puntos que separa la expansión de la contracción. La caída señala claramente un deterioro generalizado en las expectativas empresariales sobre el comportamiento del sector.
Mexconomy — La magnitud del retroceso mensual resulta particularmente preocupante cuando se observa su composición interna. De los cinco componentes que integran el indicador, cuatro registraron caídas simultáneas: los pedidos esperados descendieron 2.9 puntos hasta 49.9 puntos, apenas por debajo del nivel neutral; la producción esperada se desplomó 7.4 puntos para situarse en 48.1 puntos, marcando el retroceso más severo entre todos los componentes; el personal ocupado total cedió 0.8 puntos a 49.1 puntos; y los inventarios de insumos experimentaron un colapso de 8.8 puntos, el más pronunciado, hasta 44.0 puntos, sugiriendo que las empresas están reduciendo drásticamente sus existencias ante expectativas poco favorables. Únicamente la oportunidad en la entrega de insumos por parte de proveedores creció marginalmente 0.3 puntos a 49.4 puntos, sin lograr compensar la debilidad generalizada.
En términos interanuales, el panorama tampoco ofrece consuelo. Con cifras originales, el IPM de noviembre se ubicó en 47.1 puntos, representando una disminución anual de 3.0 puntos respecto al mismo mes de 2024, cuando había alcanzado exactamente los 50 puntos. Esta comparación revela que el sector manufacturero ha perdido terreno de manera consistente en el último año, transitando de un punto de equilibrio hacia territorio contractivo.
Heterogeneidad sectorial y predominio de debilidad
El análisis por grupos de subsectores expone una fragmentación preocupante. De los siete agregados que componen el IPM, cuatro registraron reducciones anuales, destacando el sector de derivados del petróleo y del carbón, industria química, del plástico y del hule, que sufrió un desplome de 12.9 puntos para situarse en 43.2 puntos, la caída más dramática entre todos los grupos. Este hundimiento contrasta brutalmente con los 56.0 puntos que había alcanzado en noviembre de 2024, evidenciando un colapso en las expectativas de uno de los sectores más relevantes de la manufactura nacional.
El sector de alimentos, bebidas y tabaco también retrocedió, aunque de manera más moderada, perdiendo 1.3 puntos para ubicarse en 51.6 puntos, manteniéndose apenas en terreno expansivo. El grupo de equipo de computación, accesorios electrónicos y aparatos eléctricos cedió 1.1 puntos a 50.7 puntos, mientras que textiles, prendas de vestir, cuero y piel, madera, papel y otras industrias prácticamente se mantuvo estable con una caída marginal de 0.3 puntos a 49.6 puntos.
Entre los sectores que mostraron avances, los incrementos fueron modestos y frágiles. Minerales no metálicos y metálicas básicas avanzó apenas 0.4 puntos a 46.2 puntos, permaneciendo en zona contractiva. El equipo de transporte, sector estratégico por su vinculación con la industria automotriz, creció 0.5 puntos hasta 46.3 puntos, sin lograr superar el umbral de 50 puntos. Finalmente, productos metálicos, maquinaria, equipo y muebles aumentó 0.4 puntos a 49.6 puntos, manteniéndose también por debajo del nivel neutral.
Riesgos
La simultánea contracción de producción esperada e inventarios de insumos configura un escenario particularmente riesgoso. Cuando las empresas reducen drásticamente sus existencias mientras anticipan menor producción, están señalizando no solo debilidad en la demanda actual, sino también una profunda incertidumbre sobre el futuro inmediato. Esta combinación suele preceder períodos de ajuste más severos en el empleo manufacturero, como sugiere la caída en el componente de personal ocupado.
El hecho de que el indicador haya caído por debajo de los 50 puntos después de haberlos superado el mes anterior refleja un deterioro súbito en las percepciones empresariales. La velocidad del cambio —4.0 puntos en un solo mes— apunta a que cambios abruptos en las condiciones de mercado están impactando las decisiones de los directivos manufactureros. En un contexto donde seis de los siete grupos de subsectores se encuentran en territorio contractivo o apenas neutral, las posibilidades de una recuperación rápida lucen limitadas.

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