La industria manufacturera mexicana enfrenta una paradoja alarmante: mientras la producción registra un tímido crecimiento de 0.7% anual en octubre de 2025, el empleo formal se desploma 2.5% en el mismo periodo. La productividad aumenta por reducción de personal, no por inversión en innovación o expansión de capacidades.
Mexconomy — Según la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM) del INEGI, el volumen físico de la producción avanzó apenas 0.3% en términos mensuales, alcanzando un índice de 112.9 puntos (base 2018=100). Sin embargo, el personal ocupado total cayó 0.1% mensual y acumula una contracción anual devastadora de 2.5%, equivalente a decenas de miles de empleos perdidos en el sector. El personal no dependiente —contratado por honorarios o comisiones— sufrió un colapso de 13.7% anual, evidenciando la precarización laboral extrema en la manufactura.
Las horas trabajadas aumentaron 0.6% mensual pese a la reducción de personal, pero acumulan una caída anual de 1.8%. Esta ecuación revela una intensificación laboral preocupante: los trabajadores restantes deben cubrir las tareas de quienes fueron despedidos. Los obreros y técnicos en producción —el núcleo productivo del sector— disminuyeron 2.9% anual, mientras que las horas trabajadas por este grupo cayeron 1.7% en el mismo lapso.
El único dato positivo aparece en las remuneraciones medias reales, que subieron 1.8% mensual y 5.0% anual tras ser deflactadas con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). Sin embargo, este incremento debe interpretarse con cautela: refleja aumentos salariales para una base laboral cada vez más reducida, no una mejora generalizada del bienestar. Las prestaciones sociales y utilidades crecieron 6.6% anual, concentrando beneficios en quienes conservan empleo formal.
Ganadores y perdedores
El análisis desagregado revela un panorama fragmentado con ganadores extraordinarios y perdedores críticos. La fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón registró un crecimiento explosivo de 32.4% anual, impulsada por la volatilidad energética global. El equipo de computación y componentes electrónicos avanzó 10.5%, consolidando a México como plataforma de manufactura tecnológica.
En contraste, sectores tradicionales enfrentan colapsos devastadores. La industria de la madera se desplomó 11.0% anual, la fabricación de equipo de transporte cayó 7.0% y la industria textil retrocedió entre 3.3% y 5.6% según subsectores. La fabricación de muebles perdió 7.1%, mientras que las industrias metálicas básicas descendieron 5.7%.
La industria alimentaria —el subsector más grande— creció modestamente 1.9%, pero enfrenta presiones por el incremento de costos y la competencia de importaciones. La industria química retrocedió 1.7%, señalando debilidad en insumos intermedios críticos para otras manufacturas.
Riesgos sistémicos y vulnerabilidades estructurales
La destrucción de 2.5% del empleo manufacturero representa una amenaza para la estabilidad social. Con 54.4% de la población ocupada en condiciones de informalidad y ahora con pérdidas aceleradas en el empleo formal manufacturero, México enfrenta el riesgo de una desindustrialización donde la producción se sostiene mediante automatización, subcontratación precaria y expulsión de trabajadores.
El colapso de 13.7% anual en el personal no dependiente sugiere que las empresas están eliminando esquemas de contratación flexible para concentrarse en plantillas mínimas. Esta estrategia aumenta la vulnerabilidad del sistema ante choques externos: menor diversificación de riesgos, dependencia extrema de trabajadores pricipales y pérdida de capacidad de respuesta rápida.
Los 8,613 establecimientos encuestados por la EMIM —que cubren 206 clases de actividad económica— muestran que el problema no es coyuntural sino estructural. La industria manufacturera mexicana está reconfigurándose hacia un modelo de menor intensidad laboral, mayor dependencia de sectores especializados y creciente brecha entre empresas ganadoras tecnológicas y perdedoras tradicionales. Sin políticas activas de reindustrialización y protección del empleo de calidad, esta tendencia podría consolidar un desarrollo económico excluyente y socialmente insostenible.
Nota al lector: la gráfica interactiva está optimizada para su correcta lectura y exploración en pantallas de mayor tamaño (computadora o tableta). En dispositivos móviles, algunos detalles de ejes, etiquetas o series pueden visualizarse de forma limitada.

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